Hepatitis A

Hepatitis A La hepatitis A es un trastorno hepático viral causado por la infección por el virus de la Hepatitis A y se denomina hepatitis aguda porque no permanece más de 6 meses o más.

Aproximadamente 1 mes después de la infección por el virus de la hepatitis A, se pueden observar fiebre, malestar general, náuseas, pérdida de apetito e ictericia. A veces se puede confundir con un resfriado y los niños pequeños apenas muestran síntomas.

La mayoría de los pacientes se recuperan dentro de los 1-2 meses posteriores a la aparición del fármaco, pero muy raramente (0,1%), puede dañarse una enfermedad grave llamada hepatitis fulminante y otros órganos distintos del hígado. Es importante consultar con un médico si sospecha que existe una infección por hepatitis A.

Vía de infección y prevención

El virus de la hepatitis A se encuentra a menudo en las heces de personas infectadas. La transmisión incluye la ingestión de la heces de la persona infectada. Hepatitis El virus A puede permanecer en las heces de la persona infectada durante un período relativamente largo, comenzando antes de que aparezcan los síntomas hasta 1-2 meses después de la desaparición de los síntomas.

Las epidemias persistentes ocurren en zonas con servicios de saneamiento deficientes. La gente puede infectarse cocinando alimentos sin lavarse bien las manos, y también es frecuente como una infección de transmisión sexual a través del sexo oral. Las conchas y los crustáceos están fácilmente contaminados y una persona puede infectarse cuando estos productos se comen crudos.
Lavarse las manos con agua y jabón después de usar el inodoro, cambiar pañales y antes de manipular los alimentos es un método de prevención importante. Evitar prácticas riesgosas como el sexo oral con personas infectadas, la actividad sexual como lamer el ano y beber agua contaminada en áreas mal saneadas.

Si nunca ha estado infectado por la hepatitis A, puede recibir 3 dosis de vacunación.

La hepatitis A fue alguna vez generalizada en Japón, por lo que muchas personas mayores a menudo ya tienen inmunidad. Antes de la vacunación se pueden analizar los anticuerpos (IgG) frente a la hepatitis A.

Pruebas

Una historia de viajar a áreas endémicas, comer mariscos y crustáceos crudos y participar en actividades sexuales riesgosas son información importante para el diagnóstico. Informe a sus médicos, por favor.

Un análisis de sangre muestra anticuerpos frente al virus de la hepatitis A (anticuerpos IgM) que pueden ser una confirmación para el diagnóstico. Se utilizan anticuerpos IgG que indican infecciones pasadas para determinar la necesidad de vacunación.

Para la hepatitis aguda, la transaminasa hepática sérica (ALT o GPT, AST o GOT), una enzima producida por el hígado aumentará más de lo normal. Una vez aparece ictericia, el valor de la bilirrubina también aumenta.

Se pueden realizar análisis de sangre y análisis de imágenes para comprobar si otros órganos además del hígado están afectados, lo que ayuda a determinar si son fulminantes debido a la infección u otras causas.

Tratamiento

El tratamiento de los síntomas es el principal objetivo de la infección por hepatitis A.

Puede ser necesaria la hospitalización en pacientes con síntomas graves o si el análisis de sangre muestra daño hepático. Durante la fase aguda la función viva puede estar alterada, por lo que se cree que una dieta baja en proteínas y bajo contenido en grasas mejora los síntomas gastrointestinales.

La mayoría de los pacientes se recuperan dentro de los 1-2 meses posteriores a la aparición del fármaco, pero muy raramente (0,1%), puede dañarse una enfermedad grave llamada hepatitis fulminante y otros órganos distintos del hígado. Por favor, consulte a un médico, especialmente si una persona de edad avanzada está infectada debido a un pronóstico prolongado que conduce a una disfunción hepática.